domingo, 20 de enero de 2013

Este nuboso medio día me trajo un ligero deseo dormir. Una minúscula siesta en la que me dispongo a cerrar el telón que deja pasar la luz a través de mis pupilas.

Siento como poco a poco mi cuerpo se relaja, mis espalda se acomoda entre los cojines del sofá y determino inconscientemente con que sueño acompañaré mi descanso.

Reviso de entre mis recuerdos el mas dulce. El primero que aparece me remite a muchos kilómetros de aquí, a ese lugar donde siempre vuelvo, a ese del que jamás quise marchar y me dispongo a soñarlo.

Media hora contigo, en un letargo del que no eres partícipe sino marioneta al servicio exclusivo de mi imaginación caprichosa. Media hora extendida en un sofá que me transporta a aquel sitio mágico, ese del que no me fuí jamas, ese en el que quedaron nuestros dulces y eternos besos de una sola noche amanecida...

Media hora entre mis brazos y tu sin saberlo, sin que sepas que estás conmigo, a mi merced. Hipnótico tiempo de amor inventado, recordado, imaginado pero mio.

Este medio día te sentiré cerca, tanto que ni una brizna de aire corra entre nosotros, esta siesta de sofá y olor a café con chocolate tu eres mio, solo y exclusivamente mio y sin embargo...ni lo imaginas.

Magia!

Inma Castrejón, la bruja de chocolate

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