jueves, 1 de noviembre de 2012

COMO MATAR A UNA CUCARACHA


Hoy os dejo todo un clásico de terror de mi cosecha. Disfrutadlo!

COMO MATAR A UNA CUCARACHA

Siempre me pareció mentira la facilidad que tienen algunos animales para producir en el ser humano las sensaciones….cuando menos desagradables.
Como todos los años, en septiembre, justo cuando acaba el verano, los insectos buscan desesperadamente los rincones más cálidos y oscuros de las casas.
Este año no fue menos. Yo siempre había contado con un regimiento de valientes vecinos y familiares directos, dispuestos a entrar en batalla contra bichos que, independientemente de su insignificante tamaño, aterrorizaban más que el mismísimo conde Drácula.
Era de noche, la casa estaba a oscuras y yo, dormida aún, me levanté de la cama con una prisa inusual de hacer uso del retrete.
Maldita sopa, y maldito el vaso de agua de antes de dormir!
No soy persona de desvelarme a media noche, ni de dar paseos al wc si no es extremadamente urgente, y, en esta ocasión, se dieron las circunstancias  adecuadas para montar la fatalidad.
Palpando las paredes para guiarme por aquel oscuro pasillo, de puntillas para no despertar a nadie, con los ojillos pegados…
Tropiezo con el quicio de la puerta y , con un “huyyyy!!” contenido, decido encender la luz del baño.
Justo al atravesar la puerta, esperándome, acechando, moviendo sus peludas antenas, oscilando sus alas, frotándolas para izar el vuelo en cualquier momento….allí estaba.
Se olía el peligro, mi cuerpo se contrajo entero, humano-versus insecto. En ese instante hubiera preferido, que en lugar de una cucaracha, hubiera entrado un ladrón en mi casa.
Cerré la puerta sin pensar en el estruendo. Medio llorando de pavor, el vello de punta.
Miré en la cocina. ¿Dónde está? Lo dejé aquí, bajo el fregadero…. No, no podía ser verdad, el otro día dejé a mi vecina el bote de insecticida, maldita sea!
Las 4 de la madrugada, no son horas de despertar a nadie, y menos por un intruso de 5 centímetros.
Que hacer, sola, en peligro y con la vejiga a reventar.
Mi despertador sonaría en dos horas, sería incapaz de volver a dormir en ese estado, decidí enfrentarme a la situación, me metí en unos vaqueros y me eché una camiseta encima. Salí a la calle, dejando a mi invitada a cargo de la casa.
Esperé un rato en el coche, con la esperanza de que el “problema” desapareciera. Incauta.
Que hacer, de madrugada, sin armas, todo cerrado y a punto de reventar, me hacía pis desde hacía media hora.
Decido entrar en casa, acabar con ella. Le echaría valor:
-La voy a matar de un escobazo! Se va a enterar de lo que vale un peine!
Meto mi mano en el bolsillo, las llaves del portal….dios!!.....Me había dejado las llaves dentro.
Esto se estaba convirtiendo en una pesadilla.
Expulsada de mi casa por una asquerosa cucaracha…. Esto me iba a costar un riñón!
Ahora como entro?
Llamar a un cerrajero, a las cuatro y media de la madrugada, de urgencia, por la noche, la factura subiría  a más de 100 euros, y estamos a fin de mes….
Me dije: -Voy a colarme por la ventana!… Al fin y al cavo vivo en una entreplanta.
Me dispuse a hacer de Spiderman por la fachada del edificio.
De repente, cuando apenas conseguí levantarme apenas medio metro, se encendió la luz de la cocina del vecino de enfrente. Permanecí agazapada en la pared, con una pierna apoyada en la tubería del gas y la otra, más arriba en el poyete de la ventana. Las manos agarradas en los pequeños huecos que dejaban las uniones de los ladrillos, me quedaba sin uñas.
Mi vecino, un poco antipático, por cierto, asomó su cabezón por la ventana, estaba hablando por teléfono mientras trataba de ocultarse tras la cortina.
Ahora si que estaba metida en un lío.
Qué hacer? .Desde su casa debía parecer un ladrón torpe y descarado.
Me imaginaba a la estúpida cucaracha panza arriba, partiéndose de risa, dando carreras por los pasillos de ni piso, abriendo la nevera, bailando, con la radio a todo volumen… Mientras yo cumplía una larga condena por intentar robar en mi propia casa. Se iba a enterar cuando la pillara…
Se escuchaban sirenas a lo lejos. Ostras, la policía!
Di con mis huesos en la acera, casi me rompo el cukis, y yo, que ya no podía más, sentí como mis aguas menores descendían por el pantalón manchado de barro.
Ahora sí que parecía una indigente!
En este estado, pensé que nadie creería mi versión, y decidí esconderme detrás de la esquina del edificio.
Yo, agazapada en un pequeñísimo callejón, como si hubiera atracado un banco, sucia y muerta de frío, me había refugiado en unos cartones.
Dos patrullas  aparcaron velozmente encima de la acera. Cuatro policías con linternas, porras, pistolas, grilletes y todos sus avíos, inspeccionaban el terreno.
Mi simpático vecino, en pijama, desde el portal les indicaba el lugar donde yo me escondía.
Un agente lo apartó y le impuso volver a su domicilio.
-Métase en su casa, puede ser peligroso!
Peligroso?....Si supieran donde está el peligro no vendrían con pistolas, vendrían con trampas para insectos!
-Tierra trágame! Vienen hacia mí!
Les explicaría que….una…. No, no se lo creería nadie!
Apuntándome, deslumbrándome con potentes linternas. Mientras, yo, agachada en el suelo, meada, sucia de barro, con los pelos revueltos, mi mala cara, asomaba los ojos por encima del cartón en el que me escondía…de película.
-Alto!!, Ponga las manos en la cabeza! Ahora!!
En fin, lo que es una detención en toda regla, con cacheo y todo. Como iba a explicar quién era y lo que había pasado?
-Sr. Agente, déjeme que le explique, yo, yo soy, yo vivo en este piso!
Les conté como pude, entre sollozos mi increíble historia. Mientras aguantaban las risas y localizaban a algún vecino que pudiera reconocerme, y eso que en ese momento no me reconocería ni mi propia madre.
Quedaba un problema por resolver…la puerta.
Uno de los amables agentes decidió  llamar a los bomberos.
Por si hubiera sido poco escándalo el que ya se había montado!.
Yo maldecía a la sopa de la cena, al vaso de agua, a mi vecina que no me devolvió el mata cucarachas, a la cucaracha, al vecino y a la difunta familia de este.
Estaba resignada, sabía que esta historia sería el motivo de mofa del vecindario, más duradero de los últimos años. Notaba miles de ojos observando desde las ventanas, murmullos cuchicheando, esto parecía surrealista.
Así que, al fin, llegaron los que faltaban, ocho fornidos bomberos. Montados en un camión gigantesco. Haciendo un ruido infernal con sus sirenas.
Todo el bloque salió a la calle, y yo, hecha una piltrafa, rodeada de policías y bomberos, nueva en el barrio, valla debut!!!
Les llevé a mi puerta.
Ellos, instruidos en el salvamento de indefensos ciudadanos, delante de la puerta cerrada a cal y canto, con el enemigo al otro lado…
-Apártese, señora!
Señora?
Bueno, lo mejor que se les pasa por la cabecita de serrín, un hacha!!!
Yo gritaba como una loca, no, no no no no!!!.
Si, si, si….
Me destrozaron la puerta!
Les insulté hasta en latín e incluso le hubiera dado un buen bofetón, si no fuera porque, aplastada por un trozo de madera, yacía la maldita cucaracha.
Se hubiera merecido mejor entierro, pero mi rabia pudo mas, la pisoteé tantas veces que se desintegró por completo.
Valorando al final de mi aventura por cuanto me había salido la broma,  unos 1000€ de la puerta de seguridad, un intento de detención policial, la vergüenza que tendría que pasar durante meses con mis vecinos, la bronca de mi jefe por llegar tarde al trabajo, y una noche sin dormir, creo que no volveré a desvelarme a media noche.
Hoy en día, las cucarachas no me dan asco, simplemente las  odio. Tengo mi casa fumigada y he colgado una página en internet con trucos para asesinar insectos.
Una última cosita, nunca te dejes las llaves dentro de casa, pero si algún día te ocurriera……LLAMA AL CERRAJERO!!!!!!!!!!!

Inma Castrejón, La Bruja de Chocolate

5 comentarios:

  1. me ha encantao la historia... madre mia!!! yo le tengo pánico a las cucarachas!! son mi gran archienemigo!! enhorabuena por el blog!! de verdad que no se de donde sacas tanto tiempo!! De mayor quiero ser como tú!! Besos desde las tierras murcianicas!!

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  2. gracias a ti por leerme, saludos desde una lluviosa noche sevillana

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  3. jajaja...¿Ésto te pasó de verdad? Es surrealista total!

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  4. me pasó mas o menos así, está algo exagerado...pero así es mucho mas divertido!
    Gracias por leerme

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  5. Pues enhorabuena, me ha encantado..

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