domingo, 8 de diciembre de 2013

Mi secreto

Hoy tengo un secreto inconfesable que finalmente deseo compartir con vosotros.

Guardar un secreto produce un sin vivir que dificilmente se puede llevar con cierta parsimonia. Los secretos, por el mero hecho de llamarse así, son esos datos que siempre tenemos en la punta de la lengua y que nunca nos atrevemos a contar. Hay veces que nos da la sensación de que nos han puesto un vigilante jurado a nuestras espaldas a la espera de sorprendernos en un renuncio, pero como en esta ocasión el secreto es de mi propiedad yo decido si sigue o no siéndolo.

Llevo mas de siete meses sin fumar. Me ha costado mas de lo que cualquiera pueda imaginar, porque, a pesar de lo perjudicial del consumo de tabaco, no deja de ser una droga con un poder de adicción que yo ignoraba por completo.
Siete meses sin encender un cigarro y mas de diez quilos de peso en mi cuerpo. He llorado mucho, me he tirado de los pelos y me he apuntado al gimnasio varias veces.

Dejé de salir con mis amigos para evitar la tentación, me negué a exponer mi nuevo look de rellenita en público e incluso dejé de ver a mi amante.

Siete meses en los que he respirado mejor, he ahorrado algo de dinero que luego me gasté en parches de nicotina y pasteles de chocolate. Siete meses con un humor de perros y una tristeza que no encontraba razonamiento, hasta que finalmente...

Hace un par de días me entró una llorera sin motivo. Una racha en la que sin tener una pena incipiente, me daba por llorar por cualquier cosa. Vi ET y lloré como nunca, me monté en la báscula y lloré aún mas. Me llamó mi madre y cuando colgué... lloré, no me preguntéis porque. Vi a mi perro en la alfombra y me dio mucha pena, es mas, me dió pena hasta el pollo que iba a cocinar.

Dadas las circunstancias decidí ir a dar u  paseo con mi perro. El sol acariciaba mi rostro quemado por la sal de mis lágrimas sin sentido. Mi perra me miraba de soslayo preguntándose que demonios me ocurría. Paseé y paseé durante largo rato y, nada, seguí llorando.

Vi un estanco...
Me acerqué al estanco.
Miré el presupuesto de mi pequeño monedero.
Entré en el estanco.
Esperé la cola y me tocó a mi.
El señor estanquero me miró.
Yo lo miré.
Me preguntó, ¿que le pongo? y me puse a llorar como una niña pequeña.

Le dije

-Señor estanquero, llevo 7 meses sin fumar, véndame una pipa!

El señor del estanco me miró de nuevo sin saber que hacer y me dijo

-No, una pipa es como fumar pero sin fuego, vete a la farmacia que te den algo.

El señor, muy amable y comprensivo, por cierto, me ofreció un clinex, mi perra me miró, me miró el estanquero y salí por la puerta con el pañuelo en la mano y llorando a todo lo que daba el moco.

La calle estaba llena de gente y llorar en público es muy complicado, así que decidí esconderme en un portal.

El portal estaba vacío hasta que bajó un vecino y mi perra quiso morderle, así que tuve que irme a llorar a otro sitio.

Se me pasó un poco el sofocón y me fuí a la farmacia. Todo fue entrar por las puertas de la farmacia y me eché a llorar de nuevo como una magdalena. El clinex estaba empapado, por lo que no me quedó mas remedio que limpiarme con la bocamanga del chaleco y de esta guisa le conté la película al farmacéutico, el cual me vio en tal estado que me recomendó ir al ambulatorio a que me dieran algo mas fuerte.

Salí hecha una pena, arrastrando a mi perra por la calle mientras intentaba buscar un poco de tranquilidad en la desesperación que me acuciaba, pero no la encontré.

Se me ocurrió que lo mejor sería ir a la pastelería a comermerme una palmera de chocolate, pero eso empeorará las cosas, diez quilos ya eran suficientes como para ahora encima sentirme culpable por haber vuelto a saltarme la dieta.

Así que me dirigí al bar de la esquina, me limpié los mocos, saqué dinerito del monedero, me acerqué a la máquina y saqueé un paquete de Nobel.

Si, lo he hecho, me siento culpable, pero se me ha quitado la pena...
Siento mucho no haber podido superar esta adicción en este momento, supongo que en otros me será mas fácil. Animo a todos aquellos que lo estáis intentando, para mi creo que debo esperar otro tiempo mas adecuado...
Ahora no se si ir de nuevo al estanco a pedir disculpas al estanquero por haberle formado el espectáculo y hacer lo propio en la farmacia...

Inma Castrejón, la bruja de chocolate 

6 comentarios:

  1. Cielo, lo principal es aceptar que no somos ni maquinas, ni super poderosos, un error lo puede cometer cualquiera, pero muy pocos saben aceptarlos, como tu dices, tal vez no es tu tiempo o tu momento, pero yo creo que tu si eres capas y que lo lograras, por que nadie es locuaz con lo que hace, por eso te digo que te apoyo y aunque no sea mucho, aquí me tienes para hablar cuando sea, un gran abrazo amiga y mucho animo

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  2. La recaída es parte del proceso. Y tú estás en él. Ni te preocupes ni te castigues. Llegará el momento. Ole por tu valentía y por los 7 meses de tesón y esfuerzo.

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  3. Hace años mientras andábamos por las calles de Montevideo con mi amigo Sabinas, Joaquín…Para mi….Me dijo que el cigarrillo es un amigo que termina matándote, y que en definitiva hay muchos amigos que te hacen lo mismo jajajaja así que sigo fumando, y bueno cuando no se pueda mas no fumare mas…..creo.

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