Suspirame lento, al oído, suave y bajito como caricias embotelladas.
Suspirame al filo del alba, sentada en la noche, con un té entre las manos, arropada entre tus brazos, acunada en una hamaca...
Suspirame cada vez, hasta que la luz de tus ojos me cieguen el alma, suspirame y no dejes que me vaya...
Aich...
Inma Castrejón, la bruja de chocolate
precioso. Dulzura y sensibilidad embutida en un traje de ejecutiva !!!.
ResponderEliminargracias...siempre
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