déjame.
Lámparas tus pupilas incandescentes,
mirándome, sintiéndome, tiernamente.
Deja que me deje jirones de piel en ti,
déjame.
Y sentir la película que recubre tu alma,
suave, mimosa, eterna y erizada.
Deja que me derrita entre tus manos,
déjame.
Como gelatina emplatada en porcelana,
espesa, dulce, suave y densa.
Deja que te descubra en la luna clara,
déjame.
Esperándola sentada paciente en mi patio,
semana a semana, día a día, mes a mes,
déjame.
Pero déjame para siempre, déjame,
y las ganas se marcharán con el tiempo,
el recuerdo se mezclará en el silencio,
la luna ya no significará nada
y tu solo...déjame.
Inma Castrejón, la bruja de chocolate.
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