Me he parado a rebuscar entre los besos que un día me diste, entre los que te dí y los que nos robamos. Estuve andando despistada por el almacén donde las cosas imposibles se quedan atascadas, a la espera de que alguien crea en ellas.
Durante miles de micro segundos me quedé ensimismada registrando en la caja de los recuerdos, pero todos se habían vuelto de color sepia, entintados de la tinta del calamar que ensepia las fotos, que se emborronaron con lágrimas derramadas en el papel grueso de tu carta antigua, vieja ya de tanto uso, de tanta lectura buscándote en cada letra.
Hoy llevo años esperando la noche para encontrarme con tu recuerdo ausente. Siento tus gélidos besos en mi mejilla ardiente y no consigo atrapar tu vida, no consigo que tu helado beso me temple el frío, me temple el corazón que se quedó bajo cero sin ti.
de tu ausencia, solo me salva en el ocaso la chispa helada que el filo de la luna navaja rasga en el negro de la media noche.
Hoy tengo ya muchas horas esperando el sueño, pero por mas que espero, el sueño siempre viene sin ti. Hoy me vence el cansancio, ese humano desgaste que requiere la desconexión temporal del sistema operativo...
Hoy tampoco viniste a escuchar mi cuento de buenas noches..
Te echo de menos abu
Inma Castrejón, la bruja de chocolate